Fiestas patronales
Fiestas en honor de Ntra. Sra. la Virgen de la Encina. (Septiembre)
Consideradas, como en otras ciudades y pueblos, las de mayor importancia del calendario local, se celebran desde los años 30 del pasado siglo en torno a la fecha del 8 de septiembre, festividad típicamente mariana y día grande de la Patrona.
Su programa de actos contempla festejos taurinos, encierros y verbenas populares como señas de identidad más destacadas. Desde los 80, adquieren notable protagonismo los torneos deportivos, con gran participación de aficionados.
Las Peñas son las grandes animadoras de estas jornadas en las que se multiplica el número de visitantes, sabedores de la alegría y la diversión que les dan fama.
Fiesta de La Caldereta
Un capítulo aparte merece nuestra fiesta gastronómica más importante, La Caldereta, que tiene lugar dentro de las Fiestas Patronales de la Virgen de la Encina entorno al día 9 de septiembre. Es un evento multitudinario que atrae a vecinos y visitantes de toda la Comunidad de Madrid, reunidos en la Plaza Mayor entorno a los famosos calderos de guiso de toro que dan nombre a esta celebración. La tradición parece remontarse al siglo XIII, aunque la constancia documental no existe hasta 1767. Ya en el siglo XX, tras un largo periodo de inactividad, fue recuperada gracias a la iniciativa de la Asociación de La Caldereta y así desde hace más de cinco décadas se viene celebrando sin interrupción. En el año 2011, en reconocimiento a su antigüedad, su carácter tradicional y popular y a su innegable atractivo turístico fue declarada Fiesta de Interés Turístico de la Región.
Desde mediados del siglo XVIII este evento entorno a La Caldereta se celebraba manera irregular, con numerosos intervalos, hasta que el día 1 de diciembre de 1958, gracias a la iniciativa de algunos vecinos del pueblo, se recuperó esta tradición histórica creando la Asociación de La Caldereta, que sería desde entonces la encargada de llevar a cabo esta joya de nuestra gastronomía año tras año.
Su notoriedad se debe sin duda al carácter tradicional y popular que rodea esta celebración vinculada a la festividad del toro, pero también al aspecto gastronómico, ya que la carne del toro de lidia constituye el ingrediente principal del guiso de La Caldereta y es la base de la cena popular que se lleva a cabo en la Plaza Mayor.
Se trata de una tradición centenaria que se celebraba a finales del verano por los lugareños, en la mayoría gentes de campo y pastoreo, en Acción de Gracias a su Virgen de La Encina por las cosechas obtenidas, razón esta por la que todavía a día de hoy, aparece vinculada a las fiestas patronales de la localidad, cuya festividad de la Virgen de la Encina se celebra el día 8 de Septiembre.
Algunos piensan que la tradición arranca con la fundación del mismo pueblo, allá por el año 1787, y que incluso mucho antes, en los comienzos del siglo XIII, el guiso era tradición entre los ganaderos y pastores segovianos que campeaban por las tierras del Hoyo, pero con certeza se sabe que de una u otra forma, ya se celebró en el año 1767.
Los hombres del pueblo compraban dos toros, uno para los casados y otro para los solteros. Los lugareños hablan de la costumbre de celebrar un día de toros costeado por los casados y otro por los solteros, el de los mozos se celebraba el día 9 de septiembre y el de los casados el día 10, respetando el día 8 que era dedicado a la Virgen de Hoyo, hoy llamada Virgen de la Encina.
La carne procedente del toro los casados era repartida entre las familias en función del pago que previamente se había hecho, mientras que la carne del toro de los solteros se guisaba y comía al día siguiente en la Plaza Mayor, siendo esta costumbre el inicio de la cena popular que se celebra hoy en día. El reparto de la caldereta se hacía tal y como se hace en la actualidad, dando los encargados de esta tarea la espalda al público para no beneficiar así a familiares y amigos.
La receta del guiso de carne del toro se cocinaba entonces tal y como se hace hoy en día, si bien este es uno de los secretos mejor guardados de nuestra localidad. Por tradición, la familia Sanz, cocineros de la Asociación de La Caldereta generación tras generación, son los depositarios de los ingredientes y la proporción exacta para preparar este guiso tradicional. Sabemos que además de la carne magra de toro, ajos, aceite y coñac, el aderezo incluye un ingrediente secreto que otorga a este guiso su sabor característico.
A las cinco de la tarde, el cocinero de la Asociación de La Caldereta junto con sus ayudantes, comienzan a elaborar nuestro plato característico en la Plaza del Caño, a espaldas de la Plaza Mayor. Para ello se emplean numerosos calderos sobre hogueras de leña de encina en los que guisarán más de 1.000 Kg. de carne. A las diez de la noche, los calderos se trasladan a la Plaza Mayor donde los socios de La Caldereta sirven el guiso que será degustado sobre un bollo de pan, por las más de 5.000 personas que ocupan la Plaza cada año.