En esta primera campaña se planteó la excavación de un total de 112,5m². Los resultados ofrecieron tres habitaciones de un mismo edificio (denominado Edificio 1-2).

La escasez de datos del amplio periodo cronológico abarcado entre el mundo antiguo y el medieval confiere a este enclave una importancia singular para definir el modelo de ocupación del espacio serrano, máxime si se tiene en cuenta la escasísima presencia de excavaciones y datos arqueológicos sobre este momento en la falda sur de la sierra de Guadarrama. El yacimiento podría además aportar información sobre la introducción y el modelo de implantación del cristianismo y su relación con el poblamiento aldeano de la sierra.

Los restos arqueológicos documentados tras esta campaña indican que en este yacimiento podrían estar en relación áreas de hábitat, de necrópolis y de culto. Cabe destacar el hallazgo de objetos singulares clave, como un ponderal, que implica la existencia de una actividad comercial, y un chatón de anillo/sello, objeto reservado a las élites. Este tipo de elementos muestran una complejidad social mayor de lo que se pensaba en este tipo de aldeas, con procesos productivos y comerciales que van más allá de una economía basada exclusivamente en la agricultura y la ganadería.

Futuras campañas permitirán ir avanzando en el conocimiento de este yacimiento, del momento histórico de su vigencia, los motivos de su abandono y traslado de la población y la pervivencia en la ocupación durante al menos dos o tres siglos, entre otros aspectos.