HOTEL VIADERO. HOYO DE MANZANARES
Con este artículo comenzamos una serie de escritos sobre hoteles y pistas de baile de nuestro municipio.
Desde principios del siglo XX Hoyo de Manzanares ha sido lugar de destino de gentes que buscaban en nuestro municipio un lugar saludable por su aire puro, su naturaleza y sus aguas con propiedades beneficiosas, a lo que se sumaba la ventaja de la cercanía a Madrid.
Los alojamientos existentes eran los que ofrecían algunas vecinas que alquilaban habitaciones de sus propias viviendas, como era el caso de la señora Ceferina en la calle Sobrante esquina con calle La Fuente o de la señora Dorotea, en la parte de atrás de la Plaza de la Hontanilla. Familias venidas de Madrid pasaban el verano en Hoyo de Manzanares: la mujer con los niños lo disfrutaba todos los días, mientras que el marido sólo disponía del fin de semana, pues a diario tenía que permanecer en la capital a causa del trabajo. También encontraban alojamiento obreros, pintores u otros especialistas llegados de fuera, dado que los locales escaseaban.
Ya a finales de los años 20 unas cuantas familias afortunadas eligieron Hoyo para construir sus chalés de veraneo. En 1934 ya existía la colonia El Picazo.
HOTEL VIADERO
No es casualidad que por entonces, 1928, se inaugurara el Sanatorio antituberculoso de Miralpardo y cuatro años después el Nuevo Sanatorio. La historia del Hotel Viadero, construido en 1933, estuvo unida a la de estos sanatorios.
Situado en la confluencia entre la calle de Las Lanchas y la Carretera hacia Colmenar Viejo, era un chalé de dos plantas y fachadas blanqueadas en la que destacaba la balaustrada semicircular de la terraza. En el acta de sesiones del ayuntamiento de 17 de febrero de 1933 se concede la licencia de construcción del Hotel Viadero: “….una instancia que dirige Don Miguel Viadero, vecino de Madrid solicitando se le autorice la construcción de un hotel al sitio de Las Lanchas, acompañando el correspondiente diseño…acordó autorizar…previo el abono de veinticinco pesetas.”
El documento es el siguiente:
Extracto del acta sesión 17-02-1933, concesión licencia de construcción del Hotel Viadero
En el terreno que había tras cruzar la entrada a la finca dos grandes chopos, cargados de numerosos nidos de oropéndola, franqueaban el camino hacia el hotel. En verano el dueño colocaba a su sombra unas mesas a modo de terraza. El bar estaba situado en la planta baja y abierto también a los vecinos de Hoyo.
Era un hotel pequeño, tenía unas cinco o seis habitaciones situadas en la planta de arriba. En la de abajo, además del bar, estaba la cocina y la sala. Una escalera exterior unía las dos plantas.
Gran parte de los huéspedes del hotel Viadero eran familiares de los enfermos internados en los sanatorios antituberculosos, situados unos metros más arriba: el Sanatorio de Miralpardo, en la actual finca Masada, y el Nuevo Sanatorio, edificio que contiene hoy en día el comedor escolar del Colegio “Virgen de la Encina”. Los familiares debían buscar alojamiento cuando visitaban a los enfermos los fines de semana, pues sólo unos cuantos privilegiados disponían de vehículo propio y el coche de línea (autobús interurbano), llegaba el sábado por la mañana y no salía de vuelta a Madrid hasta el lunes.
Fue alrededor de 1949 cuando el hotel Viadero cerró sus puertas como alojamiento. Pasó entonces a convertirse en Comandancia Militar adonde los hombres, tras realizar la mili, debían acudir anualmente a sellar la cartilla militar y ser informados del destino al que debían desplazarse en caso de movilización de su quinta. Tiempo después de la llegada de los militares a Campamento se trasladó allí la Comandancia y el caserón quedó deshabitado durante largos años hasta su derribo en la primera década del año dos mil.
Pilar García Martín
Archivo Municipal
Mi agradecimiento a Lorenzo, Colasa y Toli